Y ahora para mí el último clásico del grupo Boston.
Cuando ya creo que nadie esperaba un nuevo disco del grupo capitaneado por Tom Sholz, volvieron a la carga con este disco que también fue éxito.
La balada AOR Amanda fue todo un bombazo, sobre todo en USA.
Ocho años habían pasado desde su último disco. Problemas con la discográfica, y también problemas técnicos con el estudio de grabación de Sholz, fueron las causas que retrasaron tantos años este trabajo.
Aquí ya faltan tres miembros de la formación original, y también es la primera, y la única, que no aparece el famoso platillo volante con forma de guitarra que es ya un clásico.
De todos modos, el sonido Boston está aquí de principio a fin, entre otras cosas, porque el responsable del sonido, así como de la mayoría de los temas, era Tom Sholz.
De esta manera, todo sigue igual en el universo Boston.
Y tampoco hay grandes sobresaltos en el sonido característico del grupo. Rock con sonido AOR por los cuatro costados, y lo más importante, temas que casi eres capaz de tararear sus estribillos a la primera escucha.
Como dije, a pesar de los años de separación entre disco y disco, el grupo volvió a tener éxito.
Yo ya andaba a otras cosas musicales, pero de vez en cuando ponía el Lp que era de mi hermano.
Y aunque, en esa etapa talibán musical, casi que intentas que no te guste, pues resulta que lo disfrutaba, no tanto como los dos primeros, pero sin ser yo nada guitarrero, el sonido de las guitarras que producía Tom Sholz siempre me gustó. Es un sonido muy característico y propio.
No hay que olvidar que este sr. es un auténtico investigador en lo que a sonido se refiere.
Un trabajo que no defraudará a todos los que gustan de los sonidos más Rockeros de esos años, pero que tienen un poquito de sinfonismo sonoro. Y un sonido buenísimo.
To Be a Man, We´re Ready son buenos ejemplos de lo que nos ofrece este disco.
Aunque me guardo la grandiosa I Think I Like It, que me parece de lo mejor.
Pero la verdad es que es un disco sin muchas fisuras es compacto y que hará las delicias de los seguidores del grupo. Puede que suene un poco más blando que los anteriores, pero gustará igual.
Cuando ya creo que nadie esperaba un nuevo disco del grupo capitaneado por Tom Sholz, volvieron a la carga con este disco que también fue éxito.
La balada AOR Amanda fue todo un bombazo, sobre todo en USA.
Ocho años habían pasado desde su último disco. Problemas con la discográfica, y también problemas técnicos con el estudio de grabación de Sholz, fueron las causas que retrasaron tantos años este trabajo.
Aquí ya faltan tres miembros de la formación original, y también es la primera, y la única, que no aparece el famoso platillo volante con forma de guitarra que es ya un clásico.
De todos modos, el sonido Boston está aquí de principio a fin, entre otras cosas, porque el responsable del sonido, así como de la mayoría de los temas, era Tom Sholz.
De esta manera, todo sigue igual en el universo Boston.
Y tampoco hay grandes sobresaltos en el sonido característico del grupo. Rock con sonido AOR por los cuatro costados, y lo más importante, temas que casi eres capaz de tararear sus estribillos a la primera escucha.
Como dije, a pesar de los años de separación entre disco y disco, el grupo volvió a tener éxito.
Yo ya andaba a otras cosas musicales, pero de vez en cuando ponía el Lp que era de mi hermano.
Y aunque, en esa etapa talibán musical, casi que intentas que no te guste, pues resulta que lo disfrutaba, no tanto como los dos primeros, pero sin ser yo nada guitarrero, el sonido de las guitarras que producía Tom Sholz siempre me gustó. Es un sonido muy característico y propio.
No hay que olvidar que este sr. es un auténtico investigador en lo que a sonido se refiere.
Un trabajo que no defraudará a todos los que gustan de los sonidos más Rockeros de esos años, pero que tienen un poquito de sinfonismo sonoro. Y un sonido buenísimo.
To Be a Man, We´re Ready son buenos ejemplos de lo que nos ofrece este disco.
Aunque me guardo la grandiosa I Think I Like It, que me parece de lo mejor.
Pero la verdad es que es un disco sin muchas fisuras es compacto y que hará las delicias de los seguidores del grupo. Puede que suene un poco más blando que los anteriores, pero gustará igual.