Considerado uno de los mejores discos de la historia del Jazz este disco rompió moldes allá por el año 1959, fecha de su edición.
Tal vez ahora no suene tan rompedor como hace sesenta años, pero hay que ponerse en la época.
No aparecía el piano, algo totalmente inusual por aquel entonces y como dije rompía los moldes al utilizar estructuras totalmente anómalas dentro del género.
Este disco no tiene desperdicio. Es de esas joyas que las compras como tal y que suenan como lo que son, verdaderas joyas de la música que uno debería de escuchar por lo menos una vez en la vida.
También soy consciente de que puede que el echo de que te digan o que leas que es de lo mejor del Jazz puede ayudar a que se sugestiones y que ya de por si te guste oigas lo que oigas.
Pero también puede pasar que te lleves una decepción morrocotuda.
No es el caso.
El Free Jazz, el sonido vanguardista que hay aquí no tiene desperdicio, y ya sólo por una pieza como es Peace ya valdría la pena tener el disco o como digo, escucharlo.
No suena tan radical como otros discos posteriores del músico no obstante, y vuelvo a repeitr, estamos hablando de un disco de hace sesenta años y que rompió moldes y estándares.
Todo suena inmaculado pero en esta ocasión me deja totalmente sorprendido el bajo y la maestría con que lo toca Charlie Haden. Si hace falta se lanza a la improvisación de forma soberbia. Si tiene que llevar el ritmo junto con la batería, ahí está el sin problema.
Un discazo sin fisuras.
Tal vez ahora no suene tan rompedor como hace sesenta años, pero hay que ponerse en la época.
No aparecía el piano, algo totalmente inusual por aquel entonces y como dije rompía los moldes al utilizar estructuras totalmente anómalas dentro del género.
Este disco no tiene desperdicio. Es de esas joyas que las compras como tal y que suenan como lo que son, verdaderas joyas de la música que uno debería de escuchar por lo menos una vez en la vida.
También soy consciente de que puede que el echo de que te digan o que leas que es de lo mejor del Jazz puede ayudar a que se sugestiones y que ya de por si te guste oigas lo que oigas.
Pero también puede pasar que te lleves una decepción morrocotuda.
No es el caso.
El Free Jazz, el sonido vanguardista que hay aquí no tiene desperdicio, y ya sólo por una pieza como es Peace ya valdría la pena tener el disco o como digo, escucharlo.
No suena tan radical como otros discos posteriores del músico no obstante, y vuelvo a repeitr, estamos hablando de un disco de hace sesenta años y que rompió moldes y estándares.
Todo suena inmaculado pero en esta ocasión me deja totalmente sorprendido el bajo y la maestría con que lo toca Charlie Haden. Si hace falta se lanza a la improvisación de forma soberbia. Si tiene que llevar el ritmo junto con la batería, ahí está el sin problema.
Un discazo sin fisuras.