The Human League pasarán a la historia por Dare, de eso no cabe duda.
Ni sus primeros y imprescindibiles trabajos (Reproduction, Travelogue) serán tan recordados. Así como tampoco lo que hicieron posteriormente.
En mayor o menor medida, con mejor o peor fortuna, en las trabajos siguientes a Dare, aparte de estar en las listas, siempre nos dejaron temas bastante destacables e interesantes.
Después del más que irregular Romantic? del año 90, disco que no he escuchado en demasía y que puede que se puedan rescatar uno o dos temas, el grupo parecía abocado, sino a la desparación, sí al más absoluto olvido.
Una vez finalizado su contrato con Virgin, HL pasan cinco años sin editar nada.
Y cuando más de uno ya dábamos por muertos a Phil Oakey y al grupo, emergen de sus cenizas y se sacan de la manga este Octopus, el Lp más completo desde el 81.
La fórmula fue sencilla, ¿Qué sabían hacer bien? Pues buenos temas Tecno Pop de toda la vida.
Entonces ¿Para qué complicarse?.
Y reducido definitivamente a un trio, Phil y las chicas, se apartan de las modas y nos regalan unas buenas dosis de sonidos electrónicos de toda la vida, marca de la casa.
Un sonido y unos temas más adultos sí, pero efectivos y muy bien hechos.
Tell My When los devuelve a la actualidad y a las listas. Una manera de querer reivindicarse ante las nuevas generaciones de músicos electrónicos.
One Man in My Heart es una buena balada Synth Pop. No es empalagosa, ni excesivamente edulcorada.
John Cleese es un buen tema instrumental que ya no esperábamos que pudiesen hacer.
Filling Up Whith Heaven o Housefull Of Nothing son también temas estupendos y muy bien elaborados.
Y para mí, el disco termina con un tremendo tema, que es Cruel Young Lover.
Casi siete minutos que, sin salirse de la dinámica del disco, se notaba que el grupo estuvo atento a todo lo que se hacía a su aldedor.
Una vuelta más que digna. Una vuelta un tanto a sus comienzos.
Un Phil en estado de gracia y en forma. Susan y Joanne cantando mejor que nunca.
Una buena producción a cargo de Ian Stanley que estuviera tocando los teclados con Tears For Fears, y también contaron con la colaboración de un antiguo componente del grupo, Jo Calis.
Octopus los puso de nuevo en la actualidad, a la par que les sirvió para que muchos grupos los empezaran a reivindicar y a citar como una influencia.
Ni sus primeros y imprescindibiles trabajos (Reproduction, Travelogue) serán tan recordados. Así como tampoco lo que hicieron posteriormente.
En mayor o menor medida, con mejor o peor fortuna, en las trabajos siguientes a Dare, aparte de estar en las listas, siempre nos dejaron temas bastante destacables e interesantes.
Después del más que irregular Romantic? del año 90, disco que no he escuchado en demasía y que puede que se puedan rescatar uno o dos temas, el grupo parecía abocado, sino a la desparación, sí al más absoluto olvido.
Una vez finalizado su contrato con Virgin, HL pasan cinco años sin editar nada.
Y cuando más de uno ya dábamos por muertos a Phil Oakey y al grupo, emergen de sus cenizas y se sacan de la manga este Octopus, el Lp más completo desde el 81.
La fórmula fue sencilla, ¿Qué sabían hacer bien? Pues buenos temas Tecno Pop de toda la vida.
Entonces ¿Para qué complicarse?.
Y reducido definitivamente a un trio, Phil y las chicas, se apartan de las modas y nos regalan unas buenas dosis de sonidos electrónicos de toda la vida, marca de la casa.
Un sonido y unos temas más adultos sí, pero efectivos y muy bien hechos.
Tell My When los devuelve a la actualidad y a las listas. Una manera de querer reivindicarse ante las nuevas generaciones de músicos electrónicos.
One Man in My Heart es una buena balada Synth Pop. No es empalagosa, ni excesivamente edulcorada.
John Cleese es un buen tema instrumental que ya no esperábamos que pudiesen hacer.
Filling Up Whith Heaven o Housefull Of Nothing son también temas estupendos y muy bien elaborados.
Y para mí, el disco termina con un tremendo tema, que es Cruel Young Lover.
Casi siete minutos que, sin salirse de la dinámica del disco, se notaba que el grupo estuvo atento a todo lo que se hacía a su aldedor.
Una vuelta más que digna. Una vuelta un tanto a sus comienzos.
Un Phil en estado de gracia y en forma. Susan y Joanne cantando mejor que nunca.
Una buena producción a cargo de Ian Stanley que estuviera tocando los teclados con Tears For Fears, y también contaron con la colaboración de un antiguo componente del grupo, Jo Calis.
Octopus los puso de nuevo en la actualidad, a la par que les sirvió para que muchos grupos los empezaran a reivindicar y a citar como una influencia.
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