sábado, 25 de noviembre de 2017

RAIN TREE CROW - RAIN TREE CROW

Este disco es de los típicos que te das cuenta de su valor con el paso de los años.
Puede que Rain Tree Crow no le diga nada a muchos, pero si decimos Japan ya es otro cantar.
Y sí, Rain Tree Crow son los miembros de Japan reunidos diez años después bajo otro nombre. En el 91 se editó.
Desde luego que muchos lo podrán ver como una falta de interés económico por no volver con el nombre del grupo que los hizo relativamente famosos para los comunes y muy bien vistos por la crítica especializada.
Pero creo que fue un acto de dignidad por parte de todos.
El sonido ya poco tenía que ver con el grupo de antaño.
Son un grupo de amigos que, entre Karn y David, limaron asperezas pasadas, y se reunieron supongo que para pasar un buen rato y también depaso dejar evidencias de que cada uno había evolucionado como músicos y musicalmente hacia otros terrenos.
Y es que este disco es una auténtica gozada de principio a fin. Una delicia para los sentidos.
El sonido evidencia la evolución antes comentada por todos.
David tiene una voz más profunda y maravillosa. Los temas nos podrían acercan más a lo que hacía Karn en solitario.
También lo otros dos miembros (Richard Barbieri y Steve Hansen) dejan patente su calidad no sólo como músicos, sino como parte compositiva del grupo. Todos están firmados en conjunto.
Nadie destaca. Todos funcionan con la perfección de antaño, incluida esa producción de lujo.
Rain Tree Crow se mueve por los mundos de un Art Rock  progresivo de verdad. Un ambient no de libro pero si delicioso. Y una experimentación nunca salvaje pero si buscando nuevos caminos de expresión.
El álbum se mueve por los terrenos siempre de la calma, el sosiego, pero no pierde nunca intensidad.
Temazos como Pocket Full Of Change  o Blackwater son una auténtica maravilla.
Sin olvidarse de muchos otros como pueden ser Big Wheels In Shanty Town, Scrtchings On The Bible Belt o New Moon At Red Deer Wallow.
Fue la única reunión como grupo. Si bien siempre colaboraron los unos con los otros para los diferentes trabajos en solitario o bien como duos entre Barbieri y Jansen.
De esos discos que hay que reivindicar y no olvidarse de que se editaron aunque pasaran de puntillas.

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