21/11/2010
A veces me pregunto si hay musicos que se sirven de la tecnología porque les gusta realmente, porque les resulta más fácil o porque es un momento en su carrera y después buscan otros caminos de expresión.Advierto que expongo, no critico. Y he hecho este pequeño prólogo porque el desaparecido Frank Tovey me parece un buen ejemplo de lo dicho.
Empezó siendo un precursor de los sonidos más Synth Pop a principios de los 80 y poco a poco se fue a unos sonidos cercanos casi al Folk Rock Americano, y cuando fue aclamado y reconocido como uno de los padres del Synth, Tecno Pop o Minimal casi al final de sus días parece que recuperó un poco el espíritu de sus primeros discos.
No importa, el caso es que nos dejó un puñado de estupendos y sintéticos temas, base para muchos grupos que vinieron años después.
En este tercer Lp que editó en el 82 siguen intactos los sonidos sintéticos de el Synth Pop menos acomodaticio, en incluso asoma una incipiente EBM suave, pero preparada para entrar en las listas, cosa que nunca sucedió como se merecería.
La primera cara no tiene desperdicio ninguno y temas como el que da título al álbum o la famosa (por lo menos famosa para minorías) Love Parasite, son dos gemmas de la electrónica.
La cara b no puede empezar mejor con un también emblemático Life On The Line, seguido de temas con aire de siniestralidad y pesimismo para volver al final a relanzarnos a terrenos más bailables y un pocos más confortables.
Porque el disco esta claro que se puede bailar, pero también se respira durante toda la escucha una atmósmera densa, oprimente y bastante oscura.
Aquí participa, poniendo voz, Alison Moyet de Yazoo.
Y por último decir que siempre me gustó como metían los sonidos de piano tradicional junto con los sonidos más electrónicos, alog que no es nada fácil de hacer bien, y que sin embargo Fad Gadget consiguió, gracias a ellos, dotas a los temas de más empaque, seriedad y buen gusto.
Un buen disco que no tuvo la merecida continuidad en los siguientes trabajos del grupo.
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