Bueno, pasa el tiempo, pones entradas en el blog, y cuando te das cuentas has llegado a las 1.000.
Podrían haber sido más a estas alturas, pero ya
muchos sabéis que el blog anterior decidieron cerrármelo y tuve que
volver a empezar desde cero.
Estuve varios días pensando sobre que disco hablar para conmemorar dichas entradas.
Ya llevo puestos muchos, muchos muy significativos para mí. Así que se me hacía difícil la elección.
Y no se me ocurrió otro mejor que SMILE.
Hasta su publicación oficial en 2011, seguro que fue el disco más famoso de la historia no editado.
Tuvieron que pasar cuarenta y cuatro años para que
Brian Wilson tuviera suficientes fuerzas para retomar un disco que había
dejado inacabado allá por el año 66.
Brian quería hacer una “Sinfonía para Dios”. Se
auguraba que SMILE iba a ser otra obra vanguardista y rompedora como lo
había sido Pet Sounds.
Pero los problemas síquicos y de drogas de Brian, dieron al traste con un trabajo que prometía mucho.
Es verdad que durante todos estos años, multitud de
bootlegs han salido y se podía comprobar que lo que pretendía hacer
Brian Wilson era lo más ambicioso de toda su carrera.
Aunque retocadas, muchas de esas canciones estaban
en el maravilloso Smiley Smile, que fue el primer fracaso comercial del
grupo, pero que a nivel artístico es una pequeña joya reconocida y
admirada por músicos de prestigio.
Y otros temas más, como Surfs Up o Cabin Essence,
también aparecieron en posteriores discos del grupo, y nos daban una
idea de la dimensión de lo que Brian Wilson nos quería ofrecer en su
momento.
El proyecto, por los problemas antes citados, le
desbordó de tal manera, que incluso pensaba que uno de los temas que
estaba componiendo, Fire, podía provocar incendios.
Así que SMILE quedó aparcado, Brian sumido en sus
problemas mentales durante muchos, muchos años, (nunca volvió a ser el
mismo), que lo dejaron también aparcado, y sin poder enfrentarse a su
gran obra.
De hecho, casi ni podía oir hablar del tema.
Y algunas veces, llámale milagro, cosa de meigas, o
divina providencia, pasaron los años, y en el nuevo siglo Brian volvió a
empezar a componer obras de cierto calibre.
Salió de nuevo a los escenarios, sin los Beach
Boys, pero arropado por un grupo espectacular, y aunque mermado de
facultades, el bueno de Brian volvía a cogerle gusto a los escenarios.
En 2004 ya revisitó tanto en estudio, como en
directo, a SMILE. Fue muy bien acogido por la crítica. Pero quedaba
pendiente esa gran cantidad de grabaciones que estaban olvidadas, que
aún nadie se atreviera, oficialmente, a desempolvar.
Pasadas sus diferencias con el resto de los BB, se
juntaron los que aún permanecían con vida, y se metieron en los estudios
a rescatar dichas grabaciones, remasterizarlas y mostrar a todo el
mundo en lo que estaban metidos en aquel año
66.
No se escatimó para la ocasión. Doble Cd, Doble
vinilo y una caja con dos singles, dos vinilos y cinco cds, más poster,
fotos, libreto con anécdotas etc, etc.
El material es enorme en todos los sentidos.
Es cierto que se puede apreciar que hay temas que
no está acabados, que podrían formar un todo si las juntásemos, (me
refiero a juntar en un mismo tema), y que también se notaba que Wilson
no tenía claro por donde quería ir. O si lo sabía,
no lo estaba sabiendo plasmar como en Pet Sounds.
Sin embargo, la simplicidad, el minimalismo, y las
buenas melodías, en muchos casos vanguardistas y fuera de su tiempo,
hacen que SMILE sea otra de las obras maestras del sr Brian Wilson.
Si ya en Smiley Smile se podía dislumbrar por donde
podrían haber ido los tiros, aquí, con los sonidos y temas originales,
ya nos queda claro.
Heroes And Villains, Good Vibrations (con alguna
parte distinta, pero igualmente genial), Vegetables, Fire, Child Is Father Of The
Man, en fin todas configuran una obra muy grande de verdad. Y te das
cuenta que Brian Wilson era un maestro y su ambición
musical estaba un paso por delante de muchos otros contemporáneos.
Yo había escuchado varios Bootlegs de SMILE hacía
años. Bueno, mejor dicho, como podría haber quedado configurado el
hipotético disco.
Evidentemente yo recomiendo la caja completa. Y la
sencilla razón es porque podemos conocer más de cerca todo el proceso de
grabación. Los caminos que se abrían y cerraban continuamente en la
mente de su creador. Su desasosiego por no tener
acabado muchas cosas, que cambiaban continuamente.
Seguramente, de haber salido en su momento, habría quedado tal vez de otra manera.
Pero lo feliz del caso es que, cuarenta y cuatro
años después, Brian Wilson por fin sacó todos sus demonios y también sus
miedos hacia estas grabaciones, y quiso ofrecérselas a todo el mundo
para que se diesen cuenta de que podía estar
loco, pero que aún así, seguía siendo un genio.
Nunca volvió a ofrecernos nada igual, aunque sí era capaz de dejarnos buenos temas cuando uno menos se lo esperaba.
Ya no importa, con todo lo que nos ha dejado hasta la fecha, yo ya tengo más que suficiente.
Podría haber salido sólo con su nombre, al igual
que Pet Sounds, pero creo sinceramente que sin las voces del resto de
los Beach Boys, el resultado no sería el mismo.
Y nada más amigos. Con este extenso comentario sobre un disco que para mí es una obra maestra, he llegado a las mil entradas.