Hay discos y grupos que ya casi desde su nacimiento son denominados de culto.
Este puede ser uno de esos casos.
Los Iniciados editaban en el 82 su primer Lp, aunque ya habían editado un Ep con su mítico El Cantor De Jazz.
El grupo bebía de las fuentes de The Residents y de la electrónica más oscura y mística, basada en las creencias religiosas del antiguo Egipto.
No enseñaban la cara y escondían su identidad. O por lo menos eso intentaban. Ya que se supo bastante pronto que detrás de este proyecto estaba Servando Caballar (Biovac N, Aviador Dro) y que también estaba la aviadora Arcoiris, así como Estrato Cúmulo que había estado en Alphaville (el grupo español).
La Marca de Anubis se puede decir que es un rara avis en el panorama musicla español.
Su sonido oscuro, tétrico, en ocasiones un tanto axfisiante, producen en el oyente desconcierto, pero al mismo tiempo asombro y ganas de seguir escuchando.
Sus letras nos conducen a su propio mundo. Un mundo de desasosiego y casi de miedo, como si nos ofreciesen a pasar a otro plano. Un plano nada alentador.
También el sonido llega a unos extremos que hoy sin duda catalogaríamos de minimalistas. Los sintetizadores usabos bajos mínimos pero lo suficiente para expresarse.
A pesar de todo lo dicho sus sonidos son cautivadores, te atrapan y te arrastran irremediablemente.
Yo no compré el disco cuando salió, lo compré un par de años o más después de su publicación. Y uno de los motivos que llevó a comprarlo fue porque se me habían quedado grabados en la retina los dos vídeos que viera por TV del grupo. Los temas que interpretaban eran La Marca de Anubis y Atlas.
La parte estética también ayudaba. El anonimato detrás de máscaras. La interpretación era parte del proyecto.
Dos temas que se me quedaron en la memoria.
Pero también están las inquietantes Peter Pan, Ella es Intangible o El hombre Sin Nombre.
Mantis Religiosa logra también que abras los ojos, si es que consigues cerrarlos en algún momento mientras escuchas el disco.
Un disco por el que se piden un buen puñado de euros en formato vinilo, y fuera de todo valor monetario, tiene mucho valor por ser un disco que ya forma parte de la historia nacional e internacional de la electrónica, así como el grupo.
De hecho, en 2006, el sello Minimal Wave editó un single con cuatro temas del grupo, el cual se agotó.
Este puede ser uno de esos casos.
Los Iniciados editaban en el 82 su primer Lp, aunque ya habían editado un Ep con su mítico El Cantor De Jazz.
El grupo bebía de las fuentes de The Residents y de la electrónica más oscura y mística, basada en las creencias religiosas del antiguo Egipto.
No enseñaban la cara y escondían su identidad. O por lo menos eso intentaban. Ya que se supo bastante pronto que detrás de este proyecto estaba Servando Caballar (Biovac N, Aviador Dro) y que también estaba la aviadora Arcoiris, así como Estrato Cúmulo que había estado en Alphaville (el grupo español).
La Marca de Anubis se puede decir que es un rara avis en el panorama musicla español.
Su sonido oscuro, tétrico, en ocasiones un tanto axfisiante, producen en el oyente desconcierto, pero al mismo tiempo asombro y ganas de seguir escuchando.
Sus letras nos conducen a su propio mundo. Un mundo de desasosiego y casi de miedo, como si nos ofreciesen a pasar a otro plano. Un plano nada alentador.
También el sonido llega a unos extremos que hoy sin duda catalogaríamos de minimalistas. Los sintetizadores usabos bajos mínimos pero lo suficiente para expresarse.
A pesar de todo lo dicho sus sonidos son cautivadores, te atrapan y te arrastran irremediablemente.
Yo no compré el disco cuando salió, lo compré un par de años o más después de su publicación. Y uno de los motivos que llevó a comprarlo fue porque se me habían quedado grabados en la retina los dos vídeos que viera por TV del grupo. Los temas que interpretaban eran La Marca de Anubis y Atlas.
La parte estética también ayudaba. El anonimato detrás de máscaras. La interpretación era parte del proyecto.
Dos temas que se me quedaron en la memoria.
Pero también están las inquietantes Peter Pan, Ella es Intangible o El hombre Sin Nombre.
Mantis Religiosa logra también que abras los ojos, si es que consigues cerrarlos en algún momento mientras escuchas el disco.
Un disco por el que se piden un buen puñado de euros en formato vinilo, y fuera de todo valor monetario, tiene mucho valor por ser un disco que ya forma parte de la historia nacional e internacional de la electrónica, así como el grupo.
De hecho, en 2006, el sello Minimal Wave editó un single con cuatro temas del grupo, el cual se agotó.