En el año 1968 George Harrison editó su segundo disco en solitario siendo aún miembro de The Beatles.
Fue el disco nº 2 del catálogo de Zaple Records, subsidiaria del sello Apple que el grupo había creado para editar sus trabajos y para dar rienda suelta a todas las inquietudes que tuvieran, bien personales, o bien contratando a grupos o artistas que ellos quisieran.
Harrison por aquellos años descubrió el sintetizador Moog y le gustó las posibilidades, así que como uno, cuando tiene pasta, puede hacer más o menos lo que quiere, pues el chico se compró un aparato de esos y empezó a aporrearlo.
El disco cuenta con dos improvisaciones , una por cada cara, en la cual Harrison da rienda suelta a sus experimentos sonoros.
Sin ser yo muy ducho en este tipo de sonidos electrónicos experimentales, no me parece ni mejor ni peor que otros que he escuchado.
Sinceramente sí que se nota que hay total improvisación, y también sinceramente da la sensación de que el bueno de Harrison estuviese sobre la marcha aprendiendo a utilizar el sintetizador, intrumento novedoso por aquellos años.
Ni que decir tiene que pasó totalmente desapercibido en su momento tanto para el gran público como para casi la totalidad de la prensa especializada.
Como le pasó al Metal Machine Music de Lou Reed, Electronic Sound seguro que está más valorado ahora que el momento de su publicación.
Que sea bueno o malo no lo sé, que es una anomalía en la discografía de Harrison, (junto con Wanderwall), eso sí que lo sé.
Pero bueno, fue un disco de música electrónica hecho por una figura de la música en un tiempo en que esos sonidos no estaban aún tan aceptados como hoy en día.
Y ahora tampoco es que ahora sean mayoritariamente aceptados.
Fue el disco nº 2 del catálogo de Zaple Records, subsidiaria del sello Apple que el grupo había creado para editar sus trabajos y para dar rienda suelta a todas las inquietudes que tuvieran, bien personales, o bien contratando a grupos o artistas que ellos quisieran.
Harrison por aquellos años descubrió el sintetizador Moog y le gustó las posibilidades, así que como uno, cuando tiene pasta, puede hacer más o menos lo que quiere, pues el chico se compró un aparato de esos y empezó a aporrearlo.
El disco cuenta con dos improvisaciones , una por cada cara, en la cual Harrison da rienda suelta a sus experimentos sonoros.
Sin ser yo muy ducho en este tipo de sonidos electrónicos experimentales, no me parece ni mejor ni peor que otros que he escuchado.
Sinceramente sí que se nota que hay total improvisación, y también sinceramente da la sensación de que el bueno de Harrison estuviese sobre la marcha aprendiendo a utilizar el sintetizador, intrumento novedoso por aquellos años.
Ni que decir tiene que pasó totalmente desapercibido en su momento tanto para el gran público como para casi la totalidad de la prensa especializada.
Como le pasó al Metal Machine Music de Lou Reed, Electronic Sound seguro que está más valorado ahora que el momento de su publicación.
Que sea bueno o malo no lo sé, que es una anomalía en la discografía de Harrison, (junto con Wanderwall), eso sí que lo sé.
Pero bueno, fue un disco de música electrónica hecho por una figura de la música en un tiempo en que esos sonidos no estaban aún tan aceptados como hoy en día.
Y ahora tampoco es que ahora sean mayoritariamente aceptados.