El álbum se editó en 1959 y algo que no es que fuera inhabitual pero tampoco era muy corriente, es que por una parte todos los temas estaban compuestos por Mingus. Y también está el hecho de que la mayoría de las composiciones son temas cortos si pensamos en términos jazzisticos.
Un disco que se tiene unos grandes arreglos y que combina por momentos el jazz más clásico con las nuevas corrientes que el músico quería aportar.
Sin desperdicio y de esos discos indispensables dentro de una discografía del Jazz.