Dicho esto, me centraré en el disco que aquí os traigo y que se editó en el 79, un año después del bombazo anterior que fue City to City.
Night Owl no tuvo la misma repercusión, aunque si tuvo éxito, gracias a temas como Day Gone Down, Night Owl o Take The Money and Run.
Pienso que si este, y el anterior, se hubiesen editado como álbum doble hubiesen encajado perfectamente.
Gerry sigue ofreciéndonos ese Soft Rock de muy buen gusto, sin complicaciones, bien elaborado y, lo de siempre, con estupendos temas. Pasados los años también lo podríamos ver como un disco AOR, según se mire y según opine cada uno.
Desde que dejas caer la aguja por los surcos todo fluye de manera tranquila, no sosegada. Emocionante, pero no intensa. Y es que el escocés te sabe acunar con esa voz suave de manera que no tengas sobresaltos. Te deja que tus pensamientos, tus sueños vuelen y te sientas bien aunque la congoja sea algunas veces inevitable.
Night Owl es de esos trabajos que no defraudan.