Un buen disco para escuchar tranquilo en casa con la que está cayendo por estas tierras.
Un cafelito, un pitillín, y la exquisita música de este genio del Jazz.
Escribo esta entrada mientras estoy escuchándolo en vinilo de 180gr. Creo que es como se disfruta más.
Sin embargo, esto se puede disfrutar siempre y en cualquier formato.
No soy muy conocedor de Jazz. Compro últimamente discos, reediciones de clásicos, que la verdad es que están muy bien de precio.
Así que no voy a poner muchos datos técnicos del disco.
Aunque algunos temas ya habían salido de forma individual anteriormente y en e 54 salió un disco con ocho temas, no fue hasta el año 56 cuando salio el disco con los 11 temas de las sesiones de grabación.
Grabaciones que, curiosamente, se habían hecho entre el año 49 y 50.
Como siempre las discográficas no sabían lo que tenían, pues si no es por la repercusión que ya tenía Davis por aquel entonces, seguro que hubiesen tardado décadas en salir.
Ya Miles apuntaba maneras, y así este trabajo está considerado como un disco fundamental para lo que sería el Jazz Moderno.
Rodeado, como él de músicos jóvenes, rompieron las estructuras.
Y fuera de todo eso, lo importante para mí, es que cuando me decidí a comprar este disco, habiendo antes leido un poco sobre él, sobre los más importantes del músico, no sé si es que te autoconvences, si ya te pones delante de él un poco condicionado, pero te das cuenta de que estás escuchando algo importante, distinto.
Distinto porque este disco va camino de cumplir los cincuenta años, (bueno las grabaciones como tal ya tienes algo más), y te das cuenta que sí que debió de romper moldes.
Y la verdad es que sigue sonando fresco, fresco, como una rosa el condenado.
Aquí hay clásicos como Jeru o Israel, pero lo mejor es que pasan los minutos y disfrutas todo, cada segundo, cada intrumento, cada melodía.
Porque siempre me he preguntado porque los discos de Jazz suenan de maravilla, grabados con pocos recursos. Y es que puedes distinguir fácilmente todos los intrumentos, y en tu amplificador apenas tienes que modificar graves o agudos.
No me lío. Termino el café que empecé, termino esta entrada, y saboreo este Birth Of The Cool, que la verdad es que me hace sentir muy Cool.
Un cafelito, un pitillín, y la exquisita música de este genio del Jazz.
Escribo esta entrada mientras estoy escuchándolo en vinilo de 180gr. Creo que es como se disfruta más.
Sin embargo, esto se puede disfrutar siempre y en cualquier formato.
No soy muy conocedor de Jazz. Compro últimamente discos, reediciones de clásicos, que la verdad es que están muy bien de precio.
Así que no voy a poner muchos datos técnicos del disco.
Aunque algunos temas ya habían salido de forma individual anteriormente y en e 54 salió un disco con ocho temas, no fue hasta el año 56 cuando salio el disco con los 11 temas de las sesiones de grabación.
Grabaciones que, curiosamente, se habían hecho entre el año 49 y 50.
Como siempre las discográficas no sabían lo que tenían, pues si no es por la repercusión que ya tenía Davis por aquel entonces, seguro que hubiesen tardado décadas en salir.
Ya Miles apuntaba maneras, y así este trabajo está considerado como un disco fundamental para lo que sería el Jazz Moderno.
Rodeado, como él de músicos jóvenes, rompieron las estructuras.
Y fuera de todo eso, lo importante para mí, es que cuando me decidí a comprar este disco, habiendo antes leido un poco sobre él, sobre los más importantes del músico, no sé si es que te autoconvences, si ya te pones delante de él un poco condicionado, pero te das cuenta de que estás escuchando algo importante, distinto.
Distinto porque este disco va camino de cumplir los cincuenta años, (bueno las grabaciones como tal ya tienes algo más), y te das cuenta que sí que debió de romper moldes.
Y la verdad es que sigue sonando fresco, fresco, como una rosa el condenado.
Aquí hay clásicos como Jeru o Israel, pero lo mejor es que pasan los minutos y disfrutas todo, cada segundo, cada intrumento, cada melodía.
Porque siempre me he preguntado porque los discos de Jazz suenan de maravilla, grabados con pocos recursos. Y es que puedes distinguir fácilmente todos los intrumentos, y en tu amplificador apenas tienes que modificar graves o agudos.
No me lío. Termino el café que empecé, termino esta entrada, y saboreo este Birth Of The Cool, que la verdad es que me hace sentir muy Cool.
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