Llegaba el año 82 y Ultravox editaba su tercer disco con Midge Ure de cantante.
La expectación estaba garantizada, pues se habían anunciado cambios.
Uno de ellos era que dejaban los míticos estudios alemanes de Conny Plank y para la producción elegían, nada más ni nada menos que a Sr. George Martin, mítico productor de los Beatles. También con el productor, el no menos mítico ingeniero de sonido Geoff Emerick, por supuesto gracias a las grabaciones del cuarteto de Liverpool.
Además de eso había un cambio de imágen. Algo más informal, menos sobrios, menos trajes estilo 50.
Los tiempos cambiaban, todo iba rápido, y si no espabilabas te quedabas a la cola.
El resultado no es tan drástico como podría parecer a priori. Siguen siendo Ultravox.
Temas como Serenade, Reap The Wild Wind, la mítica Hymn o mi adorada y escondida The Song (We Go) lo dejan claro.
Martin sabe hacer su trabajo de manera magnífica, no se sobrepone al grupo, sino que les deja manga ancha, que sean ellos mismos, pero......peros.
Mi pero viene porque siendo un gran disco, me falta ese sonido barroco como yo lo llamo, ese sonido un tanto sobrecargado pero maravilloso, con esos coros que aparecían y desaparecían por arte de magia.
¿Estaba calculado de antemano o sonarían mejor en los citados estudios alemanes de Conny Plank?
Me quedo con la duda.
Mi otro pero viene hay un par de temas buenos, pero que no están a la gran altura del resto.
Seguro que el que lea esto pensará : ¡Qué exigente está hoy éste!
Y sí, porque a los grandes hay que exigirles, porque pueden dar más.
Sin embargo, y con esos peros, es un gran disco. Maravilloso. Y como nunca me cansaré de decir, alguno por el tema más flojo de este disco, pagaría una fortuna por haberlo escrito él.
Los seguidores del grupo estábamos más que satisfechos con lo que nos ofrecían.
Los cuatro singles que se editaron, entraron en el top 20 de las listas británicas, y el LP llegaba al puesto 6.
Curiosamente en USA consiguieron su puesto más alto, el puesto 61.
La expectación estaba garantizada, pues se habían anunciado cambios.
Uno de ellos era que dejaban los míticos estudios alemanes de Conny Plank y para la producción elegían, nada más ni nada menos que a Sr. George Martin, mítico productor de los Beatles. También con el productor, el no menos mítico ingeniero de sonido Geoff Emerick, por supuesto gracias a las grabaciones del cuarteto de Liverpool.
Además de eso había un cambio de imágen. Algo más informal, menos sobrios, menos trajes estilo 50.
Los tiempos cambiaban, todo iba rápido, y si no espabilabas te quedabas a la cola.
El resultado no es tan drástico como podría parecer a priori. Siguen siendo Ultravox.
Temas como Serenade, Reap The Wild Wind, la mítica Hymn o mi adorada y escondida The Song (We Go) lo dejan claro.
Martin sabe hacer su trabajo de manera magnífica, no se sobrepone al grupo, sino que les deja manga ancha, que sean ellos mismos, pero......peros.
Mi pero viene porque siendo un gran disco, me falta ese sonido barroco como yo lo llamo, ese sonido un tanto sobrecargado pero maravilloso, con esos coros que aparecían y desaparecían por arte de magia.
¿Estaba calculado de antemano o sonarían mejor en los citados estudios alemanes de Conny Plank?
Me quedo con la duda.
Mi otro pero viene hay un par de temas buenos, pero que no están a la gran altura del resto.
Seguro que el que lea esto pensará : ¡Qué exigente está hoy éste!
Y sí, porque a los grandes hay que exigirles, porque pueden dar más.
Sin embargo, y con esos peros, es un gran disco. Maravilloso. Y como nunca me cansaré de decir, alguno por el tema más flojo de este disco, pagaría una fortuna por haberlo escrito él.
Los seguidores del grupo estábamos más que satisfechos con lo que nos ofrecían.
Los cuatro singles que se editaron, entraron en el top 20 de las listas británicas, y el LP llegaba al puesto 6.
Curiosamente en USA consiguieron su puesto más alto, el puesto 61.