sábado, 15 de agosto de 2015

EBM CLUB CLASSICS - VOL. 1

Este el primero de una serie de tres volúmenes que apareció en el mercado en el año 98.
Pasa el tiempo que uno no se entera.
Lo compré a través del Rotor, y el hecho de comprarlo fue porque creía que era una buena forma de conocer buenos grupos de EBM.
Y a fe que este es un estupendo doble disco en donde te puedes encontrar con muy buenos temas, así como buenos grupos, además de grupos que ya son clásicos dentro de la escena EBM, como pueden ser And One, Nitzer EBB, Front Line Assembly, Psyche, etc.
A mi ciertamente me gustan los menos emblemáticos. No sé porqué. Puede que la elección no fuera la más adecuada, que yo creo que sí, pero eso no quiere decir que no me gusten.
Yo siempre he pensado que la EBM, el el Heavy Metal de la electrónica.
Lo sigo creyendo de verdad. Sonidos pesados, osucuros, bailables y en cierta medida decadentes, con voces bastante agresivas en términos generales.
Aquí es todo eso lo que nos podemos encontrar. No hay Synth Pop ni Future Pop, término que no me gusta nada para definir cierto tipo de sonidos sintéticos, aunque lo haga.
Descarga incontrolada de ritmos. Danzas tribales de finales del siglo pasado. Agresividad y muy buenos temas es lo que vamos a oir durante todo el rato.
Realmente no se puede decir que hay un tema que no valga la pena.
Todos están muy bien y, repito, es un muy buen recopilatorio para iniciarte a los sonidos EBM.
Por otro lado, es fenomenal porque cada grupo tiene su propio sonido, lo cual no hace que te canses en ningún momento, ya que a mi, personalmente, hay grupos que algún disco se me hace un poco cansido pues sus temas se me hacen un tanto repetitivos entre sí.
Dicho todo ésto, pues no me gustaria destacar a ninguno.
La EBM en estado puro lista y dispuesta a hacerte disfrutar.

KRAFTWERK - KRAFTWERK 2

Los emperadores de la electrónica volvieron en el año 72 con nuevo disco.
La portada, esta vez un cono verde en vez de rojo, y el título, ya parecen indicarnos que no va a haber muchos cambios en su sonido.
Y es verdad que no los hay a primera vista.
Es un disco continuista, en donde el grupo sigue por los caminos del Krautrock y de la música electrónica y experimental más concreta.
Aún encontramos muchos intrumentos orgánicos en los temas y la producción sigue a cargo de ellos y de Conny Plank.
No obstante, y pienso que es un trabajo que podría haber salido en su momente junto que el de su debut como álbum doble y nadie se hubiese extrañado, como dije, sí que podemos atisbar ciertos cambios.
El tema Kling Klang (que dio nombre a sus famosos estudios de grabación y centro de trabajo) es una obra de casi dieciocho minutos, en los cuales ya podemos oir esas percusiones electrónicas, que aunque suenene un tanto Kraut, también nos recuerdan a las que escuchamos posteriormente en sus discos Ralf & Florian, Autobahn, e incluso en algún tema de Radioactivity.
Realmente es un muy buen tema, que tiene sus momentos más experimentales, más rítmicos y también sus momentos más cósmicos y Krautrock.
Un tema que a mí me parece emblemático dentro de su discografía, a pesar de que ellos se olviden de sus tres primeros trabajos.
Sinceramente creo que fue su primer intento de buscar el camino hacia su  futuro sonido, sólo en los pasajes intermedios del tema, pero un camino a fin de cuentas.
Que quede claro que es sólo una opinión, no una aseveración. No tengo datos que afirmen en ningún momento lo que digo. Pero es lo que siento cuando escucho el tema.
Atem nos devuelve a esos sonidos totalmente experimentales y cercanos a la música concreta y de laboratorio de los precursones electrónicos.
Fría y sin sentimiento. Como si el metal estuviese azotado por el viento polar.
Strom comienza con una guitarra distorsionada que, como me pasó al escuchar su primer disco, me desconcerto.
Siguen todo más calmado con arpegios de guitarra sobre sonidos oscuros y ambientales electrónicos.
Muy KrautRock hay que reconocerlo.
Spule 4 parece una continuación de Strom en todos los sentidos. Arpegios de guitarras que van variando su sonido. La verdad es que no aprecio máquinas en ningún momento, aunque sí juegos de laboratorio con los arpegios de las guitarras.
Muy drone todo e interesante.
Y seguimos la mísma tónica con Wellenlange esta vez con sonidos más cósmicos.
Podría verse como un tema casi Cosmic Country. donde el bajo también contesta las guitarras.
Finaliza el disco con el tema Harmonika donde volvemos a los sonidos experimentales y más electrónicos.
Un segundo trabajo del grupo continuista, con más presencia de guitarras aunque éstas estén siempre al servicio de la experimentación y de sacarle partido a sus posibilidades.
Un disco que me gusta y que, a fin de cuentas, es un trabajo de Kraftwerk, con lo cual creo que debe de escucharse.