Aprovechando la noche de Samaín, ni Halloween ni poyas fritas, creo que este disco viene de perlas por el contenido y por la portada ancestral.
El sello Ruada fue una discográfica gallega que duró poco pero sacaron discos de música tradicional gallega y folk celta de todas las llamadas naciones Celtas.
Este lo compró mi hermano allá por el año 80 que fue cuando salió.
Es lo bueno de tener hermanos mayores. Hay cosas que escuchan que no te llaman la atención pero otras muchas te quedan pegadas para siempre.
No soy un entendido en música celta. Conozco grupos y discos, pero si que hay algo que tiene esta música que me engancha de una manera especial.
A la vez que es mucho más alegre de lo que pueda parecer y siempre vale para una fiesta, también mantiene un halo de tristeza, encanto y melancolía que pocas músicas tradicionales te van a proporcionar tan bien.
Supongo que el hecho de que me resulte tan cercana me ayuda a pensar así.
El grupo Cromlech era un grupo galés que editó este su segundo trabajo en la discográfica gallega.
Temas tradicionales pasan por sus manos de los diferentes paises celtas e interpretados en su idioma, el galés, inglés y música también instrumental que suponen un viaje por la morriña, por los bosques verdes en la tarde que está terminando.
Un trabajo por el que tengo un cariño especial porque cuando sonaba en casa de mis padres notaba que me iba cada dia llamando un poco más la atención.
Duas Rosas Roxas, (bermello sería más correcto), Os Outeiros de Irlanda, A feira de Caerffili o la interpretación fantástica de la preciosa Unha Noite Na Eira do Trigo son suficientes para que te lo pases de miedo con estos sonidos tan folk pero tan bonitos.
Así que, ya sabes, ni Halloween ni poyas, Samaín.
Cuando los druidas iban por las casas pidiendo comida para los dioses porque hoy era la noche en la puerta que separaba los dos mundos, el de los muertos y de los vivos, se abría.
El sello Ruada fue una discográfica gallega que duró poco pero sacaron discos de música tradicional gallega y folk celta de todas las llamadas naciones Celtas.
Este lo compró mi hermano allá por el año 80 que fue cuando salió.
Es lo bueno de tener hermanos mayores. Hay cosas que escuchan que no te llaman la atención pero otras muchas te quedan pegadas para siempre.
No soy un entendido en música celta. Conozco grupos y discos, pero si que hay algo que tiene esta música que me engancha de una manera especial.
A la vez que es mucho más alegre de lo que pueda parecer y siempre vale para una fiesta, también mantiene un halo de tristeza, encanto y melancolía que pocas músicas tradicionales te van a proporcionar tan bien.
Supongo que el hecho de que me resulte tan cercana me ayuda a pensar así.
El grupo Cromlech era un grupo galés que editó este su segundo trabajo en la discográfica gallega.
Temas tradicionales pasan por sus manos de los diferentes paises celtas e interpretados en su idioma, el galés, inglés y música también instrumental que suponen un viaje por la morriña, por los bosques verdes en la tarde que está terminando.
Un trabajo por el que tengo un cariño especial porque cuando sonaba en casa de mis padres notaba que me iba cada dia llamando un poco más la atención.
Duas Rosas Roxas, (bermello sería más correcto), Os Outeiros de Irlanda, A feira de Caerffili o la interpretación fantástica de la preciosa Unha Noite Na Eira do Trigo son suficientes para que te lo pases de miedo con estos sonidos tan folk pero tan bonitos.
Así que, ya sabes, ni Halloween ni poyas, Samaín.
Cuando los druidas iban por las casas pidiendo comida para los dioses porque hoy era la noche en la puerta que separaba los dos mundos, el de los muertos y de los vivos, se abría.