Y ahora esta pequeña joya de la electrónica que apareció en el año 79 a través del sello Industrial Records, propiedad de Throbbing Gistle.
Dos locos de las cintas y de los ordenadores que grabaron todo esto en un 8 pistas en dos semanas.
En la contraportada avisan que los sonidos generados por neveras y otros aparatos domésticos forman parte del sonido.
Y treinta y seis años después, se puede decir que este disco es todo un referente.
Es más, según discogs, incluso el Cd empieza a tener unos precios relativamente altos para este formato.
Si dividimos el disco en dos caras, se podría decir que hay claras diferencias entre una y otra. Eso sí, todo dentro de una electrónica primitiva y oscura.
Sin ser un disco nada comercial en ningún sentido, la cara a sería la más asequible. Donde se podrían encontrar algunos temas que coquetean con un Synth Pop Dark sin llegar a serlo.
Lo que sí puedo decir claramente, que los tres primeros temas son todo un pelotazo. Me encantan, incluso diría que Day Breaks, Night Heals es un perfecto tema Synth Pop oscuro y muy electrónico pero apto para el baile. Una joya por los cuatro costados.
La cara a termina con la fenomenal e industrial Fade Away. Sonidos de la fábrica de acero, mientras el obrero canta unas letanías.
La segunda cara nos acercamos claramente a los sonidos electrónicos más puros, más experimentales y más ambientales. Entendiendo por ambientales sonidos oscuros y por momentos un tanto opresivos.
Interferon es un buen ejemplo de electrónica obsesiva y experimental. Todos los sonidos son válidos, y todos forman parte indiscutible del resultado final.
Sonidos que aparecen y desaparecen. Sonidos que van pasando de un bafle a otro.
Sonidos que te atrapan.
Six A.M sería una banda sonora para una película de terror psicológico. Los sonidos vienen, quedan suspendidos en el aire y vuelven a aparecer.
Y los dos últimos temas siguen la misma tónica. Es decir pura, dura y estupenda electrónica experimental.
Para los medios y el tiempo en que lo hicieron, hay que reconocer que el resultado es magnífico.
Todo un referente de la electrónica. Un clásico que se debe de ir conociendo con calma, con el paso del tiempo, con muchas escuchas.
Pero si no te asusta descubrir nuevos sonidos, este The Bridge no te defraudará.
Seguro que puede gustarle al amante del sonido más Minimal Synth y de igual manera al que le gustan los sonidos electrónicos fríos, experimentales y más clásicos.
Dos locos de las cintas y de los ordenadores que grabaron todo esto en un 8 pistas en dos semanas.
En la contraportada avisan que los sonidos generados por neveras y otros aparatos domésticos forman parte del sonido.
Y treinta y seis años después, se puede decir que este disco es todo un referente.
Es más, según discogs, incluso el Cd empieza a tener unos precios relativamente altos para este formato.
Si dividimos el disco en dos caras, se podría decir que hay claras diferencias entre una y otra. Eso sí, todo dentro de una electrónica primitiva y oscura.
Sin ser un disco nada comercial en ningún sentido, la cara a sería la más asequible. Donde se podrían encontrar algunos temas que coquetean con un Synth Pop Dark sin llegar a serlo.
Lo que sí puedo decir claramente, que los tres primeros temas son todo un pelotazo. Me encantan, incluso diría que Day Breaks, Night Heals es un perfecto tema Synth Pop oscuro y muy electrónico pero apto para el baile. Una joya por los cuatro costados.
La cara a termina con la fenomenal e industrial Fade Away. Sonidos de la fábrica de acero, mientras el obrero canta unas letanías.
La segunda cara nos acercamos claramente a los sonidos electrónicos más puros, más experimentales y más ambientales. Entendiendo por ambientales sonidos oscuros y por momentos un tanto opresivos.
Interferon es un buen ejemplo de electrónica obsesiva y experimental. Todos los sonidos son válidos, y todos forman parte indiscutible del resultado final.
Sonidos que aparecen y desaparecen. Sonidos que van pasando de un bafle a otro.
Sonidos que te atrapan.
Six A.M sería una banda sonora para una película de terror psicológico. Los sonidos vienen, quedan suspendidos en el aire y vuelven a aparecer.
Y los dos últimos temas siguen la misma tónica. Es decir pura, dura y estupenda electrónica experimental.
Para los medios y el tiempo en que lo hicieron, hay que reconocer que el resultado es magnífico.
Todo un referente de la electrónica. Un clásico que se debe de ir conociendo con calma, con el paso del tiempo, con muchas escuchas.
Pero si no te asusta descubrir nuevos sonidos, este The Bridge no te defraudará.
Seguro que puede gustarle al amante del sonido más Minimal Synth y de igual manera al que le gustan los sonidos electrónicos fríos, experimentales y más clásicos.
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