Este disco no será conocido para muchos, puede que ni siquiera suscite interés alguno para el que esto lea, así como tampoco tendrá gana ninguna por saber como suena este disco.
No los voy ni a juzgar ni a criticar poque supongo que a mi me pasaría también si no lo conociese.
Vaya por delante que es un disco al que le tengo mucho cariño. Un cariño tal vez desde la pura nostalgia, y puede ser por ello que aquí oiga cosas que no hay. Pero eso es lo de menos.
Lo bueno de la música es que nos transmite emociones y nos retrotrae a momentos de nuestro pasado y que discos como éste forman parte de un momento de tu vida que vale la pena recordar con agrado.
Es curioso como descubrí este disco.
El caso es que un amigo y yo fuimos al primer concierto que Mecano dio en nuestra ciudad. Mecano sólo tenía un par de singles y un Lp detrás del brazo. Para mí sus mejores momentos. Ruby y Los Casinos iban de teloneros. Pero antes de que todo comenzase, estaban poniendo este disco una y otra vez.
Mi amigo y yo empezamos a oir sintetizadores por todos lados. Ritmos que se antojaban cibernéticos unas veces y otras puro Tecno Pop por otro. No teníamos aún claro el concepto de Disco Music o de High Energy.
El caso es que mi amigo bajó a preguntar que era lo que sonaba y le dijeron que era Roni Griffith. El tipo que estaba por allí tuvo que ir a mirar el nombre. Me da la sensación de que, al igual que nosotros, no tenía ni idea de quien era.
El caso es que mi amigo, con muchos más posibles que yo, se fue al día siguiente a la tienda de discos y lo compró.
Sus ocho temas nos encantaban. Eran bailables, sonaban muy sintéticos para nosotros. No necesitábamos nada más.
En la contraportada venían las palabras sintetizadores, programaciones y computadoras. ¡La releche!
Años después me fui enterando que detrás de todo esto estaba Bobby Orlando, productor y músico reconocido en la música Disco (creo que muy deudor de Moroder) y que Roni Griffith estuvo durante poco tiempo como miembro de las Coconuts de Kid Kreole.
Había editado previamente un par de temas que estuvieron en los charts americanos de música disco.
Este disco se editó en el 82, y la musica de Disco está patente durante todo el Lp, pero los temas están hechos con toda la tecnología del momento, haciendo un producto más moderno para su momento y más atractivo para gente como yo que veía en los elementos electrónicos la salvación a todos los problemas de la música presente y futura. Cosas de la juventud.
Spys o Desire son dos jitazos demoledores. Pero también están Love Is The Drug, Heart Of The Line o (The Best Part Of) Breaking Up para que gastásemos pista. En este caso suelo, porque lo bailábamos en casa, pues este disco pasó totalmente desapercibido incluso en las discotecas.
Roni pronto dejó todo esto para dedicarso a causas cristianas y si no me he enterado mal ahora es fotógrafa con cierta reputación.
Ahora me da igual, lo que hizo en su momento, con Bobby Orlando, me llegó suficiente.
No pasará a la historia, no lo llevaría a una isla desierta, pero que me quiten lo bailado (y esta vez nunca mejor dicho).
No los voy ni a juzgar ni a criticar poque supongo que a mi me pasaría también si no lo conociese.
Vaya por delante que es un disco al que le tengo mucho cariño. Un cariño tal vez desde la pura nostalgia, y puede ser por ello que aquí oiga cosas que no hay. Pero eso es lo de menos.
Lo bueno de la música es que nos transmite emociones y nos retrotrae a momentos de nuestro pasado y que discos como éste forman parte de un momento de tu vida que vale la pena recordar con agrado.
Es curioso como descubrí este disco.
El caso es que un amigo y yo fuimos al primer concierto que Mecano dio en nuestra ciudad. Mecano sólo tenía un par de singles y un Lp detrás del brazo. Para mí sus mejores momentos. Ruby y Los Casinos iban de teloneros. Pero antes de que todo comenzase, estaban poniendo este disco una y otra vez.
Mi amigo y yo empezamos a oir sintetizadores por todos lados. Ritmos que se antojaban cibernéticos unas veces y otras puro Tecno Pop por otro. No teníamos aún claro el concepto de Disco Music o de High Energy.
El caso es que mi amigo bajó a preguntar que era lo que sonaba y le dijeron que era Roni Griffith. El tipo que estaba por allí tuvo que ir a mirar el nombre. Me da la sensación de que, al igual que nosotros, no tenía ni idea de quien era.
El caso es que mi amigo, con muchos más posibles que yo, se fue al día siguiente a la tienda de discos y lo compró.
Sus ocho temas nos encantaban. Eran bailables, sonaban muy sintéticos para nosotros. No necesitábamos nada más.
En la contraportada venían las palabras sintetizadores, programaciones y computadoras. ¡La releche!
Años después me fui enterando que detrás de todo esto estaba Bobby Orlando, productor y músico reconocido en la música Disco (creo que muy deudor de Moroder) y que Roni Griffith estuvo durante poco tiempo como miembro de las Coconuts de Kid Kreole.
Había editado previamente un par de temas que estuvieron en los charts americanos de música disco.
Este disco se editó en el 82, y la musica de Disco está patente durante todo el Lp, pero los temas están hechos con toda la tecnología del momento, haciendo un producto más moderno para su momento y más atractivo para gente como yo que veía en los elementos electrónicos la salvación a todos los problemas de la música presente y futura. Cosas de la juventud.
Spys o Desire son dos jitazos demoledores. Pero también están Love Is The Drug, Heart Of The Line o (The Best Part Of) Breaking Up para que gastásemos pista. En este caso suelo, porque lo bailábamos en casa, pues este disco pasó totalmente desapercibido incluso en las discotecas.
Roni pronto dejó todo esto para dedicarso a causas cristianas y si no me he enterado mal ahora es fotógrafa con cierta reputación.
Ahora me da igual, lo que hizo en su momento, con Bobby Orlando, me llegó suficiente.
No pasará a la historia, no lo llevaría a una isla desierta, pero que me quiten lo bailado (y esta vez nunca mejor dicho).
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