El próximo més de abril se cumplirán dos años que Florian Schenider ya no se encuentra entre nosotros, no así ni su música ni su influencia que perdurará siglos y que será denominada música clásica en su momento.
Traigo este disco que se editó en 2020 a modo de homenaje por el sello sueco Plonk al músico y al grupo alemán.
Un disco que conocí gracias al amigo Ramón Carbó y que reconozco que no fue hasta hace unos dias que le presté atención.
Grupos y músicos de varios paises estánn aquí reunidos con temas donde el sonido Kraftwerk está siempre presente. No lo intentan disimular ni camuflar en ningún momento ya que la influencia es más que evidente.
Un disco que es atractivo, que tiene buenos temas, que suena y lo pasas bien. Pero para mi hay algo más que todo eso, aunque evidententemente que gusten las canciones es muy importante. Y ese "algo más" es ese legado increible de Florian y su grupo en la electrónica.
Los que ya peinamos canas, hay muchos sonidos, muchas melodías, muchos ritmos que escuchamos que inevitablemente asociamos a los alemanes porque su sombre es muy larga.
Una voz vocorizada, una melodía ensoñadora y sencialla. Una caja de ritmos con sonido mecáncio.
Lo dicho muy difícil no acordarse de Florian.
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