Kate Bush es de esas artitas a las que tardé muchos años en reconocer su valía real.
Fue gracias a un blog ya desaparecido la que me hizo contactar con el mundo de Kate Bush.
Ceñirse a que la cantante hacía, y hace, baladas o música tirando en melódica en muchos casos sería ser bastante corto de miras bajo mi modesto punto de vista.
Descubrí que escuchar los discos de Kate es entrar en un "mundo" distinto.
Un mundo de belleza, de sueños, de melancolía, de mundos interiores y también de mundos imaginarios.
Este segundo disco del 78, salió menos de un año después de su fenomenal disco de debut. Una delicia de principio a fin del que ya se habló en este blog.
El disco sigue las mismas pautas que se predecesor. Temas en su mayoría tranquilos, sosegados, salvo la potente Don´t Push Your Foot On The Hearthbrake.
El disco te va atrapando porque más que un disco Pop o Rock, es un disco Art Rock.
Kate compone los temas y los hace complejos, con esquinas, con recodos accesibles, pero que no quede en una simple canción.
Hay gozadas inmediatas como Wow.
Delicias como Symphony On Blue o In The Warm Room.
Y no podemos olvidarnos de la voz de Kate que dota a los temas de una personalidad propia, evitando que los temas, como dije antes, queden en simples baladas listas para el lamento fácil.
No es tan bueno como su debut The Kick Inside, pero es un disco que se debe de escuchar varias veces para apreciar todo lo que tiene.
Yo lo hice.
Fue gracias a un blog ya desaparecido la que me hizo contactar con el mundo de Kate Bush.
Ceñirse a que la cantante hacía, y hace, baladas o música tirando en melódica en muchos casos sería ser bastante corto de miras bajo mi modesto punto de vista.
Descubrí que escuchar los discos de Kate es entrar en un "mundo" distinto.
Un mundo de belleza, de sueños, de melancolía, de mundos interiores y también de mundos imaginarios.
Este segundo disco del 78, salió menos de un año después de su fenomenal disco de debut. Una delicia de principio a fin del que ya se habló en este blog.
El disco sigue las mismas pautas que se predecesor. Temas en su mayoría tranquilos, sosegados, salvo la potente Don´t Push Your Foot On The Hearthbrake.
El disco te va atrapando porque más que un disco Pop o Rock, es un disco Art Rock.
Kate compone los temas y los hace complejos, con esquinas, con recodos accesibles, pero que no quede en una simple canción.
Hay gozadas inmediatas como Wow.
Delicias como Symphony On Blue o In The Warm Room.
Y no podemos olvidarnos de la voz de Kate que dota a los temas de una personalidad propia, evitando que los temas, como dije antes, queden en simples baladas listas para el lamento fácil.
No es tan bueno como su debut The Kick Inside, pero es un disco que se debe de escuchar varias veces para apreciar todo lo que tiene.
Yo lo hice.
Yo, como supongo la gran mayoría, conocí a Kate por sus archiconocidas cumbres borrascosas y me dije, si esta tipa, siendo adolescente, ha sido capaz de hacer esta maravilla, tiene el respaldo de Gilmour, ha colaborado con Peter Gabriel... el resto de su obra tiene que ser la rehostia. Sin embargo, y en especial su discografía ochentera, me cuesta un poco, tengo que dedicarles un poco más tiempo. Es una de miles de cuentas pendientes que tengo en esto de la música...
ResponderEliminarEso sí, este segundo álbum, al igual que el primero, son joyitas, en especial esa canción que destacas, Wow.
Abrazo Eduardo.
Jakes, gracias por escribir. Yo también tardé mucho y aparte de la citada canción que me emocionaba siempre que la escucho, no conocía nada más. Fue hace unos años cuando la descubrí, sino totalmente, sí para darle el mérito que merece.
ResponderEliminarLas cuentas pendientes en música..........bufff! Todos tenemos amigo. Pero no se puede abarcar todo.
Saludos sintéticos.